Obra Social

Desde las Navidades del 2005, y con la incorporación a la dirección musical de D. Alonso Manuel Carmona e Isidro Parejo Álvarez, se viene llevando a cabo este acto caritativo de manos de los componentes de la Hermandad.

La nueva dirección traía en su mente la concienciación caritativa que como grupo cristiano y católico, debería de presentar. Por ello y como formación de los jóvenes componentes, se pensó en esta idea, costrumbre asentada en Sevilla por parte de las Bandas y Grupos Jóvenes de las Hermandades.

Se eligió situar esta actuación en las Navidades, fechas donde la labor caritativa goza de gran importancia, debido a las connotaciones con las que cuentan estas fechas: cenas, fiestas, diversión... todo ello, olvidándonos de los más desfavorecidos. Para ello, y sin ser un gesto que salve muchos problemas, la Banda fue celebrando año tras año este acto caritativo. 

El primer año lo celebramos el día de la Cabalgata de los Reyes Magos. Fue un día difícil, pues amaneció con  densa niebla y nuestra banda, en la que abundaban los niños, se puso manos a la obra desde primera hora de la mañana hasta por la tarde. El frío no fue motivo de rendición. Los niños, en su empeño de recaudar alimentos y dinero, no desistieron en hacer sonar música como reclamo en las calles, para que los vecinos salieran a colaborar. 

Al principio fue duro. Poco a poco esta costumbre fue asentándose no solo en los jóvenes, sino también en las personas vinculadas de un modo u otro a la Banda. Padres, amigos, hermanos y cofrades fueron aumentando este pequeño "cortejo procesional" cuya única aspiración era llenar de más y más comida los carros prestados de un Hipermercado. 

Cada año, y para ser equitativos, se donaba lo recogido a una de las tres Asociaciones de Cáritas, cada una asociada a las tres Parroquias que configuran las Comunidades Cristianas de Villanueva de la Serena. De igual manera, cada año salíamos pidiendo por un barrio diferente. Ya era un acontecimiento ejemplar y esperado. Mucha gente agradecía este acto solidario y lo ponía aún más en valor al ver que sus principales protagonsitas eran niños que solo la satisfacción de ayudar iban a recoger a cambio de ese esfuerzo.


Cada vez íbamos haciendo más complejo el programa. Empezamos entrando en el Mercado de Abastos, donde los comerciantes donaban muchos de sus productos y donde se registraron escenas donde vecinos de la localidad volcaban sus cestas y carros de la compra en nuestros carros.

También son memorables las estampas vividas en el Centro Geriátrico de San Francisco. Los niños interpretaban villancisos y fandangos a los más mayores del Centro, cuya satisfacción se resumía en una sonrisa o esbozando un "gracias".

Por todo ello, es uno de los actos más importantes y que con tanto anhelo preparamos. Se ha constituido como una cita obligada en nuestro calendario. Es, junto con los cultos internos y externos de nuestra Hermandad, el acto que mayor satisfacción nos reporta como músicos, cofrades, y sobre todo, como cristianos.